En la mañana del domingo 7 de abril, con un día pasado por agua, celebramos en la iglesia de Santo Domingo, nuestra sede canónica, la eucaristia de imposición de medallas a los cuarenta nuevos hermanos.
Compartiamos celebración con los alumnos del Colegio San Antonio, de la mano de Fray Isidro y una iglesia completamente abarrotada de fieles y hermanos.
En una ceremonia sencilla, al más puero estilo franciscano, acogimos en nuestra hermandad a un puñado de jóvenes, y no tanto, que se han comprometido en ser discipulos de Cristo, en su espiritualidad, formación y caridad. Evangelizar desde su ser cofrade.
Es un orgullo para cualquier Junta de Gobierno tener un crecimiento constante de hermanos como el acaecido en los últimos años.
Queremos hacerlo no solo en cantidad sino tambien en compromiso.
Sean todos bienvenidos.